Hoy es martes, 11 de noviembre, y es nuestro sexto día de trekking. Nos encontramos en el fondo de un profundo y abrupto valle, a una altitud que apenas roza los dos mil metros y rodeados de una exhuberante vegetación, fruto de la intensa humedad reinante.
Caminamos entre grandes árboles, rodeados de flores de pascua, helechos y hasta vemos una especie de loros de intenso color verde. Resulta incréble este entorno tan tropical sabiendo que sobre nuestras cabezas penden enormes masas de hielo.
La etapa no es de descanso, contínuas subidas y bajadas por difícil terreno y bastantes kilómetros de distancia hasta llegar a un pequeño claro del bosque con dos casas, donde montamos nuestro campamento bajo la imponente silueta del Myagdi Matha, un seismil cargado de glaciares.
La noche es fría y amanece todo mojado. Hoy despedimos a dos porteadores pues la carga va disminuyendo y seguimos caminando por selva de montaña, terreno resbaladizo y puentes precarios sobre el rio.
Poco a poco van apareciendo las primeras coníferas y parece que entramos en terreno de verdadera montaña. Después de 5 h. de dura marcha llegamos a una terraza en medio de grandes cedros, es Sallaghari, nuestro nuevo campamento a 2.800 m. de altitud.
La tarde trae muchas nubes y pronto nos vemos envueltos en una espesa niebla que otorga un aspecto algo siniestro a nuestro pequeño asentamiento. De la tienda cocina sale un rico olor a sopa calentita, habrá que llegarse a probarla.
1 comentario:
Com. al cap. V:
¡¡ Que pasada !! de la selva de montaña al bosque de coníferas. Y el Mayolín tapando al Toti: buena foto con buena gente.
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