martes, 4 de agosto de 2009

EL CHIRINGUITO DE LOS CAÑOS

No suelo escribir en este diario cibernético sobre actividades exclusivamente lúdicas, pero el caso lo requiere:
Hay una playa en el Sur: los Caños de Meca, de aguas azules, frescas y cristalinas, rodeada de pinares verde oscuro, protegida doblemente por un vertical acantilado al sur y por el histórico faro de Trafalgar al norte. Es una playa especial, siempre lo fue, por la gente que allí se congrega y por el ambiente que se crea.
En la playa hay un chiringuito: tablas de madera sobre la arena, música en directo a la caída del sol, Tío Pepe servido en cubiteras y todos los personajes clásicos de los Caños perfectamente representados: el ejecutivo que un día colgó el traje de armani y se tatuó la espalda, el de las rastas haciendo malabares, un fotógrafo de Hola! esperando que aparezca algún famosillo, la maricona vieja esperando que surja algún rollo, el rockero venido a menos, la masajista en plena faena, los yoghures en grupo luciendo palmito, la pureta sola, el viejo lobo de mar, el fumao,...
Y en medio de todo aquello, mi familia y algunos amigos, (llegamos a ser veintitantos).
Fin de semana magnífico: muchos baños y mucho Tío Pepe.
Pa' haberse quedao tóa la semana.