domingo, 7 de agosto de 2011

PIRINEOS Y SUR DE FRANCIA

Este año, con el coche nuevo, nos apetecía una escapada familiar y diseñamos una ruta que nos llevó a la Rioja, los Pirineos de Huesca y parte del midi francés, algo más de 3.000 kms. llenos de bonitos paisajes y hermosas ciudades. Logroño nos recibe con tiempo bueno y aire fresco, perfecto para pasear por sus calles del casco antiguo, por supuesto por la calle Laurel, donde cenamos dos noches con el tradicional tapeo de la zona y muchos chatos de vino, cosecha y crianza. También visitamos los pueblos del entorno, la Guardia, Cenicero, El Ciego, con sus cascos medievales y sus preciosos viñedos. Finalizamos la visita del valle conociendo los monasterios de Suso y Yuso, cuna de la lengua castellana.
La siguiente etapa nos lleva a Escarrilla, pequeño pueblo del valle de Tena, en plena cordillera de los Pirineos. Aquí hicimos una bonita excursión, aprovechando el telecabina que sube de Panticosa a la estación de esquí. Una vez en la estación, caminamos hasta el ibón de Sabocos, bonito lago de origen glaciar. Caminamos un poco más y llegamos a un segundo lago, el Ibón de los Asnos, aún más grane y bonito. Desde aquí, convenzo a Ana y los niños y subimos a la cima del cerro Mandilar, de 2.220m. La vista desde esta modesta cima es magnífica, sobre la cercana Tendeñera, el pico Sabocos, la Peña Roya. Hacia el otro lado, todo el valle de Tena, la imponente Peña Telera, los Argüalas, incluso Vignemale y Monte Perdido, a lo lejos. Un mirador privilegiado y sobre todo en un día como éste, luminoso y sin viento.
Por la tarde noche nos fuimos a Sallent de Gallego, cercana población donde se celebra en verano el festival de música "Pirineos Sur", con chiringuitos, mercadillo y mucho ambiente, y donde disfrutamos de la actuación del grupo del malagueño Toni Zenet.
La tercera parte del viaje discurre por tierras francesas, alojándonos en Saint Pierre de la Riviere, muy cerca de la ciudad de Foix, con su imponente castillo, que sin duda visitamos. Interesados por conocer más sobre los Cátaros, visitamos también el casco antiguo de Tarascón, las ruinas de Montsegur y finalmente la increíble ciudadela de Carcassonne, que parece literalmente sacada de un cuento.
Estas visitas culturales las combinamos con la ruta del río subterráneo de Labouiche, enorme galería natural inundada que se recorre en barca y que presenta bonitas salas con curiosas formaciones y saltos de agua. Algo turístico pero muy interesante.
Termina nuestro viaje y volvemos a España por Andorra, bajando luego por Lleida y Zaragoza y pasando la última noche en la población de Medinaceli, un inesperado descubrimiento en tierras de Soria, que sin duda merece una detenida visita, tanto por su cuidado recinto histórico como por la calidad de sus asadores.
En definitiva, ocho días de auténticas vacaciones.

EL BARRANCO DEL ALHORÍ

Con cierto retraso, escribo sobre la salida de fin de temporada que unos quince amigos del club hicimos a Sierra Nevada, a primeros del mes de julio, como siempre, con el deshielo. Salimos del pueblo de Jeres del Marquesado y subimos con los coches al refugio de Postero Alto, donde desayunamos y empezamos a caminar hacia la entrada del barranco, lo que se conoce como Puerta del Alhorí. El río baja con mucho caudal y grandes neveros adornan aún la sierra, sobre todo en la zona del Circo, donde se forman los canutos. Poco a poco vamos ascendiendo, siempre junto al río, por zonas a veces encajonadas y otras por prados abiertos de gran belleza, donde pace el ganado. Una vez en el mencionado Circo, paramos a comer junto a unos nacientes de agua. Hace calor y la radiación es muy fuerte, aunque el aire refresca un poco. Mientras comemos escuchamos de pronto una especie de trueno, y contemplamos estupefactos con un gran serac de hielo se rompe y cae en mil pedazos por la pared, formando un serio alud que afortunadamente queda retirado de nosotros. Nunca creí que en Sierra Nevada cayeran este tipo de aludes en pleno verano, pero lo cierto es que a veces pasa. Faustino y Edu se acercan al lugar donde el alud paró y encuentran bloques de hielo del tamaño casi de una persona. Nuestra ruta sigue, con fuerte desnivel hacia la cumbre del Picón de Jeres, a donde llegamos con un viento muy fuerte y molesto. En vez de bajar de nuevo, seguimos la cuerda, por el cerro Rasero y los Tajos Negros de Cobatillas, bajando posteriormente a la laguna de Juntillas, lugar donde pasaríamos la noche. El entorno es precioso, hay mucha agua y grandes neveros caen hasta la misma laguna. Montamos nuestro vivac en unas corraletas y pasamos agradablemente la caída de la tarde, cenando temprano y a dormir, bueno a intentarlo, pues toda la noche sopló mucho viento. A la mañana siguiente, bien temprano volvemos sobre nuestros pasos, disfrutando de nuevo de la bajada del barranco. Baño en el río y almuerzo en un restaurante entre Jeres y Guadix, la Hacienda del Marquesado, con pinta de caro pero muy recomendable. Como siempre en Sierra Nevada, dos estupendas jornadas de alta montaña.
(foto del alud cortesía de Ruth Roma)