martes, 26 de octubre de 2010

EL VALLE DEL DORNAJO

El Dornajo está situado en el corazón de la sierra de Grazalema, a los pies del macizo del Endrinal, y es uno de mis lugares preferidos, pues allí se desarrollaron mis primeras salidas de montaña, cuando aún era un zagal, un boy scout, allá por los finales de los setenta.
Un dornajo es un cuenco redondo, hecho de barro, que se usaba para dar de comer a los animales, entre otras cosas. Dada la forma redondeada y cerrada de este valle que nos ocupa, rodeado de cerros calizos y con un fondo formado por suaves dolinas, es por lo que pienso le puede venir el nombre, aunque tampoco estoy seguro.
En la casa de Dornajo, hoy en ruinas, llegaron a vivir de forma estable varias familias, dedicadas a la ganadería y con algunos huertos en bancales, de los que apenas quedan huellas. Cuando yo conocí la casa, aún conservaba una zona habitable, que usábamos como refugio los pocos que sabíamos dónde se guardaba la llave. He pasado momentos inolvidables en este lugar, y seguro que alguno de mis veteranos lectores también.
El pasado domingo, como primera excursión colectiva de la temporada del club Sierra del Pinar, nos fuimos cincuenta personas a recorrer esta zona, en travesía desde el puerto del Boyar hasta Benaocaz. Pasamos el puerto del Naranjal, Dornajo y luego por Fardela, hasta llegar a la mencionada población.
Fue un día precioso, con mucho sol, buena temperatura y unas vistas estupendas. La sierra ya está bastante verde, aunque ha llovido poco. Las praderías de Fardela, bajo los farallones rocosos del Cao, siguen siendo tan bonitas y agradables de recorrer caminando como siempre.
Fin de fiesta en El Parral, donde nuestro amigo Miguel Menacho nos atendió con su amabilidad característica.
Buen comienzo de temporada.