lunes, 8 de junio de 2009

FIN DE SEMANA EN LOS CAÑOS

Ya es una tradición pasar mi aniversario de boda (y van 17), en un hotelito de playa, de esas playas maravillosas que hay al sur de Cádiz, cerca del Estrecho, a las que no se puede ir en agosto por el mogollón, pero sí en junio o septiembre.
En esta ocasión elegimos Los Caños de Meca, en el hotel Mar de Frente, un establecimiento sencillo pero con una ubicación inmejorable, literalmente encima de la playa de Las Cortinas.
Se apuntaron con nosotros Winsy y Lourdes, Ricardo y Pilar.
El viernes cenamos en Castillejos, un restaurante de calidad y con un servicio estupendo. Luego nos tomamos las copas en la terraza de la habitación, bajo la luna llena.
El sábado fuímos invitados a comer berza en el chiringuito de la playa y por la noche cenamos en Barbate, en el famoso Campero, probando algunas exquisiteces de atún de almadraba. Estuvieron con nosotros Chema y Begoña.
El domingo hizo un día de playa estupendo y de nuevo fuimos al chiringuito con Joaquin y Mª Angeles y la familia Rodríguez, terminando con un buen almuerzo en el nuevo restaurante de Merci, cuyo nombre es Positano, recomendable (cocina italiana).
Lo pasamos muy bien, muchos baños, paseos por la playa, muchas cervecitas y muchas muchas risas.
Volveremos, cuando pase la temporada alta.

OTRA VISITA A LA HUERTA DE ALBALÁ

Como fin de fiesta de una feria del Caballo intensa, nos fuimos el sábado 16 de mayo a la bodega de mi primo Lolo, la famosa Huerta de Albalá, cuna de los mejores tintos que se hacen en Andalucia.
Aunque ya estuve hace como un año, (ver blog), siempre es agradable visitar este lugar, sobre todo por el entorno donde está situada la bodega, sobre una loma, en medio de una preciosa campiña y con unas vistas fabulosas de la sierra de Grazalema y del embalse de Bornos.
Si a ello le unimos la explosión de la primavera gaditana, la compañía de un grupo estupendo y la cata de los caldos, el resultado es un día delicioso.
El Lolo, como siempre, perfecto anfitrión, nos enseñó todo como si fuera suyo, bastante que ha currado para que todo esté como está, en perfecto estado de revista.
El fin de fiesta lo tuvimos en la venta Mesa del Jardín, donde comimos carne como auténticos depredadores.
Me alegré mucho de que viniera mi viejo amigo José Manuel Amarillo, quien aparte de su recuperado aspecto, mantiene su peculiar sentido del humor. Vino Faustino también y Belén y Mile con su moto.
P.D.: aunque en este blog no me gusta hacer propaganda, el Barbarosa bien frío está de muerte.