domingo, 8 de febrero de 2009

EL PINSAPAR FOREVER

Mi sobrino José Antonio me decía: "tito, es la cuarta vez que vengo a esta excursión pero siempre es diferente".
Yo puedo haber hecho la ruta del Pinsapar de Grazalema 50 veces en mis 29 años de experiencia montañera y pienso como mi sobrino: nunca es igual.
En esta ocasión fuimos con un numeroso grupo de amigos del Club Montañero Sierra del Pinar, en un autobús alquilado al efecto. El día estaba bueno pero frío, si bien al llegar al comienzo del itinerario en los areneros se puso nublado y con fuerte viento, por lo que el personal se abrigó hasta las orejas.
Al llegar al puerto de las cumbres descubrimos que queda algo de nieve de la última nevada, lo que le da un punto al camino y hace que los niños se alegren de haber venido. El viento amaina pero el frío sigue siendo intenso por lo que apenas paramos.
Una vez dentro del bosque me doy cuenta de que el temporal continuo que venimos padeciendo este invierno ha hecho verdaderos estragos en los pinsapos: numerosos árboles caídos o tronchados, el suelo llenos de ramas rotas, algunos troncos cortados para despejar el camino, un auténtico destrozo, que si bien resulta natural, no deja de dar un poco de pena.
Comemos en los puertos del pinar, con algo de prisa pues la gente tiene frío y tiramos abajo por la pista hasta Benamahoma, adonde llegamos temprano.
Un cafetito bien caliente y de vuelta para casa, tras un día breve en la sierra pero muy agradable, porque a mí me gusta el invierno.
El ambiente entre los asistentes muy bueno, con muchos socios nuevos, lo que apunta hacia una recuperación del club, últimamente algo debilucho.