domingo, 3 de junio de 2012

EL CERRO DEL CABALLO DESDE NIGÜELAS

Hacia mucho tiempo que no coincidíamos estos cuatro amigos en Sierra Nevada y por fin, de improviso, se presentó la oportunidad: Roberto, Lolo Figueroa, Chema Baurre y servidor.


Salimos el viernes por la tarde y pasamos la primera noche en el pueblo de Nigüelas, al pie de la Sierra, adonde pasamos una agradable velada entre risas, cervezas Alhambra y tapitas, antes de echarnos a dormir junto al campo de fútbol, lugar de pernocta agradable pero donde siempre le estropeamos la fiesta a alguna de las parejitas del pueblo.
El sábado nos levantamos temprano, y tras el desayuno, subimos con el coche a la Rinconada de Nigüelas, cerca del cortijo de Echevarría, donde empezamos a caminar por la loma de los tres mojones. El día es bueno aunque sopla un poco de aire de poniente, lo que hace que no pasemos calor.
Al cabo de dos horas de buena subida afrontamos las pendientes finales del Cerro del Caballo, entre grandes neveros. Me encuentro bien y llego a la cima con cierta ventaja, y me siento a contemplar el paisaje y a esperar a mis amigos. El valle de Lanjarón está precioso, en pleno deshielo, aunque la laguna del caballo y la de Nájera se encuentran aún heladas. Celebramos juntos la cumbre y nos tiramos en ella un buen rato, mientras otros grupos de montañeros van llegando.
Bajamos al refugio, donde no hay nadie y donde pasamos una larga y placentera tarde disfrutando del sol y del aire de la montaña. La gente de "acción Sierra Nevada" han hecho un magnífico trabajo y el refugio, pese a ser precario, se encuentra muy restaurado. 
Al final de la tarde Chema y yo nos acercamos a una de las cumbres de Tajos Altos, una cota que roza los tresmil y desde donde disfrutamos de una perspectiva diferente y atractiva.
La noche va cayendo en la sierra, mientras cuatro sombras solitarias deambulan por las alturas.
A la mañana siguiente, todo es bajada hasta el coche y luego hasta Jerez.
Hemos disfrutado muchísimo de esta sierra que tanto nos gusta.