lunes, 4 de mayo de 2009

EL RIF. MARRUECOS

Al norte de Marruecos se extiende una cordillera de montañas, paralela al mediterráneo, desde Ceuta hasta la desembocadura del rio Mouluya. Son unos 400 kms. de bosques, montes, aldeas y pueblos que conforman un autentico país, con personalidad propia: el Rif. He visitado el Rif en varias ocasiones, subiendo a sus principales cumbres: el jbel Musa, (la columna de Hércules), el Kelti, el Tidirhine, (la más alta), y ahora le tocaba el turno al jbel Lacráa, la "montaña calva", que eleva sus 2.150 m. sobre Xauen y Bab Taza.Hasta allí nos fuimos un grupo de 40 personas, en una salida "relámpago" organizada por mi Club Montañero, con la asistencia técnica de Alventus Viajes. El viernes salimos de Jerez a las 03.30h de la madrugada para coger el barco de las 06.00h y pasar la aduana lo más temprano posible. Llegamos a buena hora a Bab Taza, adonde nos esperaba nuestro guia local Fouad, un chico serio y algo taciturno, que nos acompañaría durante toda la excursión. Subimos caminando por una larga pista forestal que supera unos 700m. de desnivel y que poco a poco nos interna, primero en un bosque de robles y alcornoques y más tarde, en un precioso pinsapar, (pinsapo marroquí "abies marocana"). En medio de este singular paraje se encuentra la cabaña forestal de Talassentane, a 1.750m. de altitud, rodeada de cedros y pinsapos, donde montamos nuestro campamento. El guia ha preparado toda la logística y nos ha subido los equipajes pesados en un todo terreno, por lo que contamos con muchas comodidades: sillas, mesas, cocina, etc,... A la caída de la tarde Faustino y yo nos acercamos a ver el comienzo de la subida al Lacráa, que se presenta con bastante nieve. Tras una cena estupenda con Harira y Cuscús, y con actuación musical incluída, nos levantamos temprano para comenzar lo que será una larguísima etapa. El ascenso al Lacráa se muestra empinado y con bastante nieve, pero abrimos una estupenda huella y el grupo sube sin mayores problemas. En la antecima hay una caseta de vigilancia y hasta allí llegamos todos, aunque el fuerte viento nos obliga a retirarnos rápidamente buscando una zona más protegida. Por mi parte, al comprobar que existe una punta más alta, decido continuar y me llevo a 12 del grupo, llegando a la cima principal de 2.150m. con un viento tremendo que nos tira al suelo literalmente, así que fotito rápida y para abajo. Una vez reunido el grupo emprendemos una larga bajada por bosques de cedros y pinsapos, con una niebla que se nos echa encima por momentos. Tras mucho caminar llegamos a una pequeña aldea donde varias personas, (algunas que iban muy "tocadas") se montan en un Land Rover que las lleva hasta el refugio de Azilane, fin de la etapa. El resto del equipo seguimos a pie y llegamos reventados al mencionado refugio, ya de noche total, tras 11h de marcha, por lo que cenamos rápido y la mayoría se acuesta del tirón, si bien algunos aguantamos un rato para tomar un cubatita. El domingo recogemos temprano y continuamos la travesía hasta Akchour, pasando por el Puente de Dios, gigantesco arco natural en medio de una garganta. La etapa tampoco es corta y la hacemos en medio de una exhuberante vegetación y de nuevo envueltos en niebla. Finalizamos la excursión con un rápido almuerzo y lamentando no tener más tiempo, pero tenemos que marcharnos hacia Ceuta, para pasar el estrecho, con retraso debido al temporal de levante y llegando muy tarde a Jerez. En definitiva, una estupenda actividad montañera, algo precipitada pero que mereció la pena sin duda. Marruecos siempre sorprende.