Este año, con el coche nuevo, nos apetecía una escapada familiar y diseñamos una ruta que nos llevó a la Rioja, los Pirineos de Huesca y parte del midi francés, algo más de 3.000 kms. llenos de bonitos paisajes y hermosas ciudades.
Logroño nos recibe con tiempo bueno y aire fresco, perfecto para pasear por sus calles del casco antiguo, por supuesto por la calle Laurel, donde cenamos dos noches con el tradicional tapeo de la zona y muchos chatos de vino, cosecha y crianza. También visitamos los pueblos del entorno, la Guardia, Cenicero, El Ciego, con sus cascos medievales y sus preciosos viñedos. Finalizamos la visita del valle conociendo los monasterios de Suso y Yuso, cuna de la lengua castellana.
La siguiente etapa nos lleva a Escarrilla, pequeño pueblo del valle de Tena, en plena cordillera de los Pirineos. Aquí hicimos una bonita excursión, aprovechando el telecabina que sube de Panticosa a la estación de esquí. Una vez en la estación, caminamos hasta el ibón de Sabocos, bonito lago de origen glaciar. Caminamos un poco más y llegamos a un segundo lago, el Ibón de los Asnos, aún más grane y bonito. Desde aquí, convenzo a Ana y los niños y subimos a la cima del cerro Mandilar, de 2.220m. La vista desde esta modesta cima es magnífica, sobre la cercana Tendeñera, el pico Sabocos, la Peña Roya. Hacia el otro lado, todo el valle de Tena, la imponente Peña Telera, los Argüalas, incluso Vignemale y Monte Perdido, a lo lejos. Un mirador privilegiado y sobre todo en un día como éste, luminoso y sin viento.
Por la tarde noche nos fuimos a Sallent de Gallego, cercana población donde se celebra en verano el festival de música "Pirineos Sur", con chiringuitos, mercadillo y mucho ambiente, y donde disfrutamos de la actuación del grupo del malagueño Toni Zenet.
La tercera parte del viaje discurre por tierras francesas, alojándonos en Saint Pierre de la Riviere, muy cerca de la ciudad de Foix, con su imponente castillo, que sin duda visitamos. Interesados por conocer más sobre los Cátaros, visitamos también el casco antiguo de Tarascón, las ruinas de Montsegur y finalmente la increíble ciudadela de Carcassonne, que parece literalmente sacada de un cuento.
Estas visitas culturales las combinamos con la ruta del río subterráneo de Labouiche, enorme galería natural inundada que se recorre en barca y que presenta bonitas salas con curiosas formaciones y saltos de agua. Algo turístico pero muy interesante.
Termina nuestro viaje y volvemos a España por Andorra, bajando luego por Lleida y Zaragoza y pasando la última noche en la población de Medinaceli, un inesperado descubrimiento en tierras de Soria, que sin duda merece una detenida visita, tanto por su cuidado recinto histórico como por la calidad de sus asadores.
En definitiva, ocho días de auténticas vacaciones.
1 comentario:
Vacaciones fenomenales Franki. Aparte de Rioja y Pirineos me encanta el país de los cátaros (Montségur y Quéribus?) y la ciudadela real de Carcasona, que conocimos gracias a un desvío camino de Alpes.
Saludos
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