Amanece el tercer dia de caminata y muy temprano, tras el wake up tea, ya estamos andando. Tras un puente colgante comienza una fuerte subida en zig-zag que salva 700m. de desnivel, es hora de poner las piernas a prueba. En cuanto ganamos altura emergen los primeros colosos de hielo en la distancia: el Gurja Himal, de casi 7.000 m., los picos Butterfly y poco después el imponente Dhaulagiri, protagonista de nuestro viaje.
Paramos a comer en Dharapani y nos reunimos con nuestro guia Ram para ajustar el ritmo y las etapas pues nuestros porteadores (unos treinta) van muy cargados y cansados.
Aclaradas las cosas, seguimos hasta el pueblo de Sibang, donde acampamos en el patio de la escuela. Curiosamente, encontramos una cabaña con teléfono por antena y desde tan insospechado lugar llamo a casa, quedandome con una extraña sensación de vacio.
Al siguiente día seguimos cresteando por encima de esta gran loma que empezamos a subir ayer, con grandes panorámicas del macizo del Dhaulagiri. Pasamos por el pueblo de Muri, que está de fiesta y vemos como los niños disfrutan de juegos y atracciones que parecen sacados de la edad media.
Llega la hora de bajar e internarnos de nuevo en el fondo del valle, en esta zona muy oscuro y encajonado. Pasamos la siguiente noche en Naura, donde a pesar de que no da el sol algunos valientes se bañan en el gélido rio.
Nos toca una nueva etapa, corta pero de gran dureza pues debido al mal estado del camino que cruza una garganta, nos vemos obligados a remontar toda la loma y bajar la otra cara, lo que supone subir casi 1.000m. de desnivel y bajar luego casi lo mismo.
A mediodía llegamos a Boghara, y dedicamos la tarde a descansar. Yo hago régimen de arroz pues me persigue la diarrea.
1 comentario:
Com. al cap. IV:
Este capitulo cansa leerlo. Vaya paliza y con diarrea. Un puntazo llamar a casa.
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