Estuve en Austria dos veces, en los años 86 y 87, y como comprenderéis, era hora de volver. A través de la agencia de viajes ALVENTUS diseñamos un recorrido de trekking que fuera "de refugio en refugio" y que nos proporcionara una amplia visión de estas maravillosas montañas.
Tras un agradable vuelo vía Munich nos instalamos en St. Johann im Pongau, pequeña ciudad tirolesa al pie de la gran cadena de los Alpes, lugar agradable, donde por las mañanas huele a heno recién cortado y con todos los servicios, un buen "cuartel general" para programar actividades por la zona.
El primer día, para entrar en calor, no fuimos a visitar las cercanas gargantas de Liechtenstein, con un sendero acondicionado, con muchos visitantes, pero verdaderamente interesante. El lugar debe su nombre al príncipe de este pequeño reino, que en 1876 financió la apertura del sendero.
Al día siguiente empieza nuestro trekking, en las famosas cataratas Krimmler, de las que se dice que son las más grandes de Europa, yo creo que deben ser las más caudalosas, pues realmente resulta bestial el volumen de agua que cae por ellas, habiéndose medido hasta 600.000 metros cúbicos por hora, y con un salto total de 380 m. en tres etapas o escalones.
Finalizados los saltos, dejamos atrás el bullicio y nos adentramos en un valle espectacular, típica estampa alpina de prados, bosques de coníferas y montañas. Al poco tiempo, estamos los cuatro solos caminando y llegamos a buena hora al refugio Krimmler Tuernhaus, a 1.700m. de altitud, que verdaderamente más parece un pequeño hotel. Cenamos bien y pasamos nuestra primera noche en ruta.
A primera hora estamos de nuevo caminando por un enorme valle de origen glaciar y típica forma de U. Al girar la sur, aparece al fondo un enorme farrallón de montañas que aloja una importante masa de glaciares. A pesar del retroceso que sufren estos gigantes en Europa, la visión de los mismos sigue siendo sobrecogedora.
Tras un último buen repecho, a mediodía llegamos al segundo refugio, el Warnsdorfer, situado en un espolón a 2.400m. de altura, con maravillosas vistas y perfectamente acondicionado. Como queda tiempo, Faustino y yo dedicamos la tarde a subir a la cima del pico Gamsspitzl, a 2.900m. y asomado a los grandes glaciares del macizo del Grossvenediger, la segunda montaña en altura de Austria. La aérea y reducida cumbre apenas tiene sitio para los dos montañeros y la metálica cruz con que en este país se adornan las principales cimas.
La tercera etapa es corta pero de gran dureza: hay que bajar de nuevo al valle y remontar una empinada cuenca que conduce, entre feroces zig-zags del sendero, hasta el collado Birnlücken o Forcella del Picco, a 2.665m., frontera natural entre Austria e Italia. Nos lo tomamos con tranquilidad y buen ritmo, subiendo el collado en algo menos de dos horas. En lo alto, unos colegas alemanes saltan con sus parapentes y nos quedamos un buen rato viendo sus evoluciones y como se pierden en la lejanía.
Bajamos al refugio italiano de la Brigata Tridentina, a 2.441m. y el ambiente es muy diferente, menos lujoso, menos limpio, más gente, más bullicio, en fin, esto es Italia. Por la noche, tras la cena, tenemos concierto de acordeón, mientras la tormenta se cierne sobre nosotros, con abundante aparato eléctrico.
3 comentarios:
Interesantes los comentarios y bonitas fotos. Espero que pronto sigas contando el resto del viaje.
Muy bueno el blog, asi como las entradas de tus viajes o aventuras. Por cierto la cerveza alemana genial ¿ verdad?. Saludos desde Conil ( Cadiz) y si no te importa visita mi blog. Jesús
Muy bueno el blog, asi como las entradas de tus viajes o aventuras. Por cierto la cerveza alemana genial ¿ verdad?. Saludos desde Conil ( Cadiz) y si no te importa visita mi blog. Jesús
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