Una fuerte lesión de espalda me tiene retirado de la "competición oficial", y es que ya va uno para viejo. Gracias a las sesiones de fisio de mi amigo Alfonso Saez, voy un poquito a mejor y por eso, aprovechando el final de la semana santa me largué con la familia a una casita en Zahora, junto a los Caños de Meca.
Con la faja de la moto puesta y la ayuda de un bastón, me animé junto a mi hija María a dar un paseo por el parque natural de la Breña de Barbate, por el sendero que se asoma a la Torre del Tajo.
Los pinares están preciosos, de un verde oscuro que contrasta con el azul del mar, llenos de flores, de cantos de pájaros y con el suelo tapizado de fresca hierba, poco usual en estos lares.
Había poca gente, pese a ser domingo y el parque se encuentra en un aceptable grado de conservación.
Al llegar a la torre, las vistas del acantilado son espectaculares, con el mar en calma y con la costa africana recortándose en el horizonte.
A mi niña le encantó el lugar y al padre también, pues ya hacía unos años que no lo frecuentaba. A ver si me recupero pronto y volvemos a hacer y a escribir cositas.
2 comentarios:
Ya estamos deseando ver esas fotos...
Que haya alivio. AGL
Hola Franki: ¡que gustazo dar un paseo por un paraje tan singular con uno de tus hijos! ¿no es así?
El pasado verano subí al atardecer a la Cueva de las Dos Puertas y dormí allí con mi hijo Jaime. Al amanecer bajamos a Grazalema y nos comimos unas tostadas que nos supieron a gloria. Esas pocas horas fueron de mis mejores experiencias en montaña. Algo tan simple...
Un saludo y un beso para María.
Publicar un comentario